“Que es bello para ustedes?” pregunté a un salón lleno de jóvenes de 11 a 15 años durante un seminario de “Ser el Cambio a través del Lente” en un colegio de Fort Collins, Colorado. Varias respuestas fueron: “árboles”, “familia”, “montañas”, “el espacio”, “amigos”, “música”, “danza” y “arte”. Otra pregunta que hice al grupo fue, “¿Qué quieren aprender?” Las respuestas fueron similares con algunas más como “idiomas”, “fotografía”, “ciencia”, “culturas diversas”, “cocina” y “cuidado de los animales”. Muchas de las respuestas incluían habilidades y capacidades específicas.
Mientras reflexionábamos sobre nuestras respuestas, me di cuenta de la importancia del momento. No era lo que consideraron bello o lo que querían aprender, sino el hecho de que cada joven compartía al menos un ejemplo de algo bello que le atraía y un ejemplo de lo que quería aprender. Lo que también fue significativo fue el efecto de nuestra discusión en los estudiantes. Resonó con propósito individual y el deseo de contribuir a un cambio positivo.
Jeremiah Baltz, un Agente de Cambio Intercultural que participa en el seminario semanal de Liderazgo Moral comentó: “Discusiones en grupo y preguntas como: ‘¿Qué es la belleza para ti?’ y ‘Qué podemos hacer para cambiar el mundo?’ realmente ayudan a que tu mente se mueva con ideas. Antes de que conociera al Liderazgo Moral, realmente no tenía ningún interés o motivación para investigar lo que podíamos hacer para contribuir al mejoramiento de la humanidad. Ha sido muy divertido, cautivador y abridor de la mente.” Otro participante dijo que su propósito era “ver la belleza en las cosas cotidianas.”
A medida que continuaba nuestra discusión, nos dimos cuenta de que nuestra atracción por la belleza despertaba un sentido de propósito individual para el cambio personal y nos motivaba a contribuir al mejoramiento del mundo que nos rodeaba. A través del modelo de Liderazgo Moral, nuestra relación con un propósito individual y colectivo se nutre y luego se expresa por medio de diversos medios y proyectos artísticos.
Un día, mientras nuestro grupo exploraba la relación entre belleza, conocimiento y propósito, nos enfocamos en dos elementos del marco conceptual del Liderazgo Moral: nuestra responsabilidad moral de investigar y aplicar la verdad y ver a los demás como esencialmente nobles. También seleccionamos capacidades que nutren la transformación personal, como aprender de la reflexión sobre la acción y la iniciativa creativa y otras que fomentan mejores relaciones, específicamente imbuyendo pensamientos y acciones de amor y promoviendo la unidad en la diversidad. Como facilitador, noté los siguientes impactos:
- el poder de la “belleza” motiva un sentido de propósito,
- el deseo de aprender y apropiarse de su propio desarrollo,
- la habilidad de cuestionar, examinar, analizar y reflexionar usando los propios ojos (en lugar de ver a través de los ojos de los demás; imitación ciega)
- el deseo de contribuir a un cambio positivo relacionado con el propósito individual,
- el sentimiento de esperanza por el mundo,
- un concepto positivo y empoderado de sí mismo.
- el deseo de ayudar a otros a desarrollar sus capacidades
Un proyecto – Ver lo Positivo en lo Negativo – era bastante simple y, sin embargo, supuso un desafío para los participantes. Se invitó a los estudiantes a escoger una imagen como un árbol, una planta en una maceta, o una silla, algo que pudieran observar. El grupo ya había reflexionado sobre cómo nuestra cultura a menudo promueve un ambiente competitivo o adversarial que a menudo resulta en auto-conceptos negativos y genera desafíos en las relaciones entre los estudiantes. Los participantes se comprometieron a fomentar una cultura de cooperación en lugar de participar en la cultura de la competencia. Incluso con esta claridad de propósito, los pensamientos y hábitos negativos son difíciles de cambiar sin práctica. El propósito de nuestro proyecto era desarrollar la habilidad de “ver” con nuestros propios ojos lo positivo (o la belleza) en el espacio, que con demasiada frecuencia, consideramos como negativo.
Utilizando lápices y acuarelas, se pidió a los estudiantes que dibujaran el “negativo” de su imagen. En lugar de dibujar el tema principal, se les animó a ignorar el “positivo” (el tema) y pintar el área que estaba fuera de él (el espacio negativo). La clase tardó casi una hora y tuvieron que hacer varios intentos de ver más allá de lo que percibían como el tema principal de su imagen. Una vez que tuvieron éxito, se les pidió que “crearan algo que antes no existía”, mostrando la iniciativa creativa que habían estudiado en el Liderazgo Moral.
Un ejemplo de arte de “Ver lo Positivo en lo Negativo” hecho por un estudiante participante.
Al desarrollar y practicar las habilidades de “ver” el potencial infinito en lo negativo – durante esta clase como un proyecto y luego en nuestras relaciones continuas con los demás – investigamos, al buscar el conocimiento y luego aplicar a través de nuestras acciones lo que reconocemos como positivo (belleza o verdad).
Asociar la capacidad de imbuir los pensamientos y las acciones con amor fortalece esta habilidad y “crea en los demás el deseo de responder positivamente y de cooperar.” Esta capacidad también fortaleció el elemento de ver a otros como esencialmente nobles. Al aprender a ver lo positivo en los demás, empezamos a ver más allá de lo negativo y a reconocer la belleza que es única de cada persona.
Esto también apoya la promoción de la unidad en la diversidad, una capacidad necesaria para mejorar las relaciones con los demás, lo cual es esencial cuando se promueve una cultura de cooperación en la que se valora y desea la diversidad de pensamiento, experiencias, y culturas. El grupo pensó que las conductas de bullying, tales como palabras hirientes, abuso, o intimidación no serían tan comunes si más estudiantes fueran capaces de “ver lo positivo” en los demás y apreciar la belleza de las diversas culturas y orígenes.
Los jóvenes de hoy se enfrentan a desafíos que requieren un marco en evolución que pueda traducir el cambio positivo en acción para la transformación personal, intrapersonal, y social. Al practicar otra capacidad del Liderazgo Moral – aprendiendo de la reflexión sobre la acción – reconocimos la interconexión entre la belleza, el conocimiento y el propósito que es universal para los estudiantes de diversos orígenes, culturas y experiencias. Aprendimos que nuestro propósito individual ayuda a nutrir una atmósfera de amistad y comprensión inclusiva y dinámica.
Jeremías compartió su reflexión personal con respecto al propósito diciendo: “El propósito para mí es lo que sientes que naciste para hacer, realizando algo que amas o expandiéndote y viendo todas las cosas de las que eres capaz. La belleza puede ser inspiradora y hacer que te sientas conectado. Me abre la mente y me hace pensar en mi vida. Así que la belleza definitivamente puede ayudar a inspirar el propósito.”
Jessica Lani Kamál Kerr es una fotógrafa y artista profesional. Tiene más de 15 años de experiencia en el empoderamiento de la comunidad en organizaciones de base, específicamente en la orientación de jóvenes para enfrentar los desafíos de hoy. Ella ha estado ayudando a estudiantes en el norte de Colorado a abrazar belleza en la diversidad por medio de ofrecer Liderazgo Moral en vecindarios y escuelas. También es la fundadora de Cultivando Capacidades, GSO, y sirve en la Junta de Directores de Intercultural Community Builders (Constructores de Comunidades Interculturales), las cuales son organizaciones sin fines de lucro con sede en el norte de Colorado. Jessica vive en Colorado con su esposo y cuatro hijos.