Hace años tuve la oportunidad de asistir a un taller de Stephen Covey. Se transmitió por Internet, y la Universidad Nur, así como muchas otras instituciones en todo el mundo, organizó un taller local para participar en ello.
Después de todos estos años, todavía recuerdo un gráfico presentado en ese taller, que muestra diferentes métodos de enseñanza/aprendizaje y el porcentaje del conocimientos que los participantes tienden a retener de cada método.
Como puedes observar, cuanto más participativo sea el método, más profundo es el aprendizaje. Esto tiene sentido, considerando que los seres humanos necesitamos sentirnos activamente involucrados para que la transformación tenga lugar. La participación es un requisito para un aprendizaje significativo.
Por supuesto, las actividades participativas sólo son relevantes si contribuyen a una comprensión más profunda del tema que estudiamos. Para ello, en nuestros talleres utilizamos un ciclo de aprendizaje con las cuatro fases de Experiencia-Reflexión-Conceptualización-Aplicación.
El diseño de un taller basado en el ciclo de aprendizaje ofrece a los participantes una variedad de oportunidades para conectarse con los temas del taller, considerarlos desde la perspectiva de sus experiencias de vida, integrar y probar nuevas ideas, y practicarlas en un ambiente seguro, mientras reciben retroalimentación de los otros participantes y los facilitadores.
La estructuración de un taller basado en el ciclo de aprendizaje ofrece una amplia oportunidad para la discusión y experiencia, dos de las actividades mencionadas por Covey que conducen a un aprendizaje más profundo.
Durante la primera fase, los participantes participan en experiencias que generan interés en el tema.
Durante la fase de reflexión, participan en discusiones, respondiendo a preguntas basadas en sus conocimientos o experiencias previas.
Durante la fase de aplicación, los participantes adquieren experiencia de primera mano de lo que están aprendiendo, realizando actividades en grupos que les ayuden a consolidar su comprensión o a desarrollar habilidades. También pueden planear cómo aplicar los conceptos en sus vidas.
Dado que enseñar a otros es lo que más consolida el aprendizaje, durante los talleres los participantes también consultan sobre lo que pueden hacer para continuar interactuando con los conceptos del Liderazgo Moral después del taller y compartirlos con otros.
Otra práctica útil es formar grupos de aprendizaje continuo que se reúnen regularmente en persona o en línea para compartir experiencias o para estudiar un libro que se centra en las capacidades específicas del Liderazgo Moral.
Un camino que pueden explorar es trabajar con los jóvenes, usando el libro Liderazgo Moral para Jóvenes que incluye actividades de discusión, investigaciones simples y actividades artísticas. Esto facilita el proceso de enseñar los conceptos del Liderazgo Moral para aquellos que recién están comenzando a compartirlos con otros.
Puedes aprender más sobre cómo diseñar talleres participativos, leyendo el libro El Arte de Diseñar Capacitaciones Eficaces o tomando el curso digital Diseña Cursos Dinámicos que Encantan a Tus Estudiantes.
