Recientemente tuve la oportunidad de dar un taller sobre el Trabajo en Equipo a más de 20 personas que sirven en el Templo Bahá’í en Chile. El taller consistió en cuatro sesiones – una sobre Trabajo en Equipo en general, y cada una de las otras dedicadas a una capacidad del Liderazgo Moral: Aprender de la Reflexión sobre la Acción, el Pensamiento Sistémico y Dar Aliento.
Con mayor frecuencia doy talleres sobre el marco conceptual del Liderazgo Moral y la capacidad de la consulta, los cuales di en el Templo en marzo 2019. Así que disfruté mucho al profundizar en estas tres capacidades en el taller, ya que normalmente sólo tenemos la oportunidad de trabajar con estas capacidades en proyectos a largo plazo.
Dado que todos los participantes sirven en diferentes equipos de la misma organización, pudieron consultar en profundidad sobre cómo aplicar cada una de las capacidades en sus equipos y cómo mejorar la coordinación entre ellos.
El taller inicial sobre el trabajo en equipo se basó en la cartilla La Administración en base al Compromiso e incluyó temas como la búsqueda de concordancia entre las aptitudes e intereses de cada persona con las tareas que se le asignan, habilidades de escuchar, los diferentes tipos de supervisión y las características de las reuniones eficaces.
En el taller sobre aprender de la reflexión sobre la acción, los participantes de cada área utilizaron las siguientes preguntas para orientar su reflexión relacionada con un desafío al que se enfrentaban:
- Si y cómo lo que han estado haciendo contribuye al crecimiento personal de los miembros del equipo y a la calidad de su servicio.
- Aspectos positivos de la actividad que quieren continuar
- Aspectos que les gustarían mejorar y cómo.
- Su aprendizaje más importante de la experiencia.
En el taller sobre pensamiento sistémico, practicaron la identificación de patrones y luego la búsqueda de la estructura generadora que creó cada patrón con el fin de aplicar soluciones que aborden la raíz de cada problema, en lugar de simplemente responder al síntoma.
En el taller sobre dar aliento, se centraron en cómo felicitar efectivamente — siendo sincero, expresando la felicitación como su sentimiento personal, mencionando concretamente lo que la persona hizo bien, y elogiando el esfuerzo y la perseverancia, en lugar de la inteligencia y la capacidad innatas. También consultaron sobre el proceso de acompañamiento y la forma de hacerlo más eficaz.
Me impresionó la rápida comprensión de los conceptos por parte de los participantes y los ejemplos concretos que dieron de cómo podrían aplicar las capacidades, incluyendo sugerencias prácticas que podrían aplicar en un futuro próximo.
Después de la última sesión, una de las organizadores me comentó: “Gracias por compartir este maravilloso taller con nosotros. Personalmente contribuyó en gran medida a mi crecimiento personal y profesional. Lo que más me gustó es que era muy práctico y concreto, adaptado a los servicios que hacemos en el Templo. Los trabajos en grupo (con personas que trabajan en el mismo equipo de servicio en cada grupo) ayudaron a lograr esto.”
