Este artículo se basa en extractos del libro Brindar Amor y Dar Aliento que se vende en Amazon en forma digital e impreso. En inglés también esta en audio y para que puedan escuchar unas secciones gratis, se invita a los que entiendan inglés a inscribirse en el “Desafio de 5 Días” que comenzará el lunes 4 noviembre. Pueden aprender más y registrarse en bit.ly/LoveEncourage.
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El amor ejerce una fuerza de atracción yes causa de unidad entre los seres humanos. Cuanto más amor se manifiesta entre los miembros de un grupo u organización, más fuerte será el poder de atracción que mantiene unido al grupo. Luego, la unidad facilita la cooperación y motiva el servicio entre los miembros del grupo, los cuales son necesarios para el logro de fines significativos.
A la vez, la cooperación y el servicio son formas de manifestar el amor. Así, el amor y la cooperación y servicio forman un círculo virtuoso. En resumen, cuanto más imbuimos nuestros pensamientos, palabras y acciones con amor, mejor serán nuestras relaciones con otros y más efectivas serán las acciones de nuestra organización.
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La realidad del ser humano, lo que nos distingue de los animales, es el pensamiento. Lo que pensamos, temprano o tarde, se manifiesta en nuestras acciones. Estas reflejan lo que realmente pensamos, que a veces difiere de nuestras palabras. Los pensamientos son como semillas y las acciones, su fruto.
En Tus Zonas Mágicas Wayne Dyer relata la historia de un niño de Jamaica quien soñaba con llegar a ser médico. A pesar de vivir en pobreza extrema, su abuela le alentaba, diciendo que siempre debe mantener ante sí la imagen de lo que soñaba y actuar de una manera coherente. Después de graduarse de la secundaria, el joven solicitó entrada al plan de estudios previos a la carrera de medicina en centenares de universidades; pero todas le rechazaron. Sin embargo, no se dio por vencido. Al fin fue aceptado por una universidad en Europa. Pagó su pasaje y se trasladó allá, trabajando para pagar sus estudios. Cuando al fin llegó a ser un médico próspero, sus amigos y familiares comentaban la suerte que había tenido. (Wayne Dyer, Tus Zonas Mágicas, capítulo 5)
Así como concentrarnos en un pensamiento positivo y actuar con fe en ello gradualmente lleva a su realización, desafortunadamente lo mismo sucede con los pensamientos negativos. Tomemos como ejemplo a una persona resentida que constantemente está pensando y hablando de lo malo que alguien le trata. No sería de sorprenderse si un día su enojo se estalla y resulta peleando con la otra persona. Incluso si se controla y evita una pelea, sus continuos pensamientos negativos pueden llevar a la depresión e incluso a la enfermedad.
En resumen, los pensamientos tienen poder e influyen en nuestras acciones. Lo bueno es que podemos influir en ellos, haciendo elecciones sabias acerca de los contenidos que entran a la mente. Más concretamente, podemos escoger:
- Las películas que vemos: ¿Son inspiradores y nos hacen reflexionar o sólo enfocan en conflictos, mentiras, engaños, sexo explícito y violencia?
- Los libros que leemos: ¿Generalmente escogemos contenidos que nos inspiran, nos hacen pensar o nos enseñan algo útil?
- Las páginas web que frecuentamos: ¿Qué pensamientos y sentimientos generan en nosotros?
- Los temas de los cuales conversamos: ¿Somos positivos y esperanzados, o nuestras conversaciones están llenas de culpa, quejas y pesimismo?
- Nuestros amigos: Estudios indican que tendemos a reflejar los valores, hábitos y estilo de vida de las cinco personas con quienes pasamos más tiempo, sea personalmente o por medio de exponernos a sus ideas mediante libros o en el internet. ¿Con quién pasamos la mayor parte de nuestro tiempo?
Todo lo que entra en nuestras mentes influye en si generalmente tenemos pensamientos positivos o negativos. En gran medida, podemos seleccionar ese contenido.
Si queremos fortalecer nuestra capacidad de amar, podemos experimentar con la siguiente práctica.
Identificar a personas específicas a quienes queremos demostrar más amor (ciertos miembros de la familia, colegas, miembros de una organización a la cual pertenecemos).
Luego, cada mañana podemos preguntarnos: ¿Qué puedo hacer hoy para mostrar amor a cada una de estas personas?
A lo largo del día podemos reflexionar si estamos llevando a cabo lo que hemos planeado.
Arielle Ford nos lo recuerda: “El amor es tanto una elección como un comportamiento. Cada día elegimos a quien amamos y elegimos expresar este amor a través de comportamientos amorosos”.